El cortometraje narra las aventuras de tres amigos en un día de juego donde se ponen en manifiesto todos los aspectos que intervienen dentro de la dinámica infantil: diversión, juego, maquinación, misterios, curiosidad, interés, enigmas y habilidad. Así mismo, el giro del cortometraje recoge los valores que tenemos en la infancia: solidaridad, empatía, cariño y perdón.
En un inicio, la trama sucede como si en realidad se tratara de un robo de patines con una posterior devolución y resolución del conflicto. Sin embargo, el desenlace muestra que todo fue parte de un juego de los niños sin poner límite a la imaginación. Si recordamos cómo eran los juegos en la infancia, todo era real, magnífico e imaginable. No obstante, cuando el juego termina, los villanos dejan su poder, las tristezas se van y los amigos son más amigos y listos para más diversión al siguiente día. El cierre tiene una pequeña conversación entre amigos adultos recordando precisamente cómo eran sus juegos de infancia, con la misma añoranza del pasado.
